viernes, 21 de octubre de 2016

ESTRUCTURA DE LOS PASODOBLES

     Nos referimos ahora a los pasodobles, que se pueden dividir en taurinos, en pasodobles-canciones, pasodobles regionales, etc. Un poco de historia del pasodoble antes de adentrarnos en cada uno de los tipos. 

        Según Manuel Delgado-Iribarren, el pasodoble pudo tener su origen en alguna marcha militar de compás binario del siglo XVIII y que fue aún más popular en España durante la Guerra de la Independencia, fue ya en el siglo XIX cuando se le dio un carácter lúdico al pasodoble, de esta forma se hizo más popular, cantarín y danzarín; luego ya surgieron diferentes tipos de pasodobles, tales como militares, toreros, regionales o de bandas. 

       Los pasodobles son obras muy completas, ya que pueden ser obras instrumentales, obras cantadas, incluso obras bailadas, todo a la misma vez. No todos son así, pero muchos sí. Su función suele ser animar cualquier tipo de festejo, la mayoría de ellos populares. 

      Los pasodobles regionales, de bandas y toreros están todos escritos en compás binario, de 2/4, de ahí su nombre “paso-doble”, algunos de los militares están escritos en otro tipo de compás como 6/8, un ejemplo sería “Evocación” (Emilio Cebrián). 

         Los pasodobles regionales son pasodobles que tienen algo característico de la ciudad o pueblo para el que se ha compuesto, por ejemplo “Puenteareas” (R. Soutullo), es un pasodoble con un estilo gallego, tal y como su autor quiere reflejar; también podemos nombrar el pasodoble “Prado del Rey” (Daniel Toro García), un pasodoble que refleja perfectamente el estilo musical de este pueblo gaditano. Algunos pasodobles regionales tienen letra compuesta especialmente para la región pertinente, este último nombrado la tiene. Los pasodobles regionales pueden referirse solamente a la región o pueblo, o también a una zona determinada, por ejemplo dos pasodobles muy típicos andaluces (denominados como pasodobles flamencos) son: “cielo andaluz” (P. Marquina) o “Manolete” (P. Orozco González & J. Ramos Celares). 

       Hay también pasodobles de concierto, cuyo estilo es más clásico que folklórico, aunque igualmente bailable, entre ellos encontramos: “Suspiros de España” (A. Álvarez), “Al Centenario” (Ferrer-Ferran), o “Torre del Oro” (R. Dorado). 

     Encontramos entre los pasodobles, los pasodobles-canción, que son canciones compuestas por cantantes pero transformadas solo en instrumental, tales como “¡¡Churumbelerías!! (Emilio Cebrián), canción de Manolo Escobar adaptada como pasodoble instrumental por Emilio Cebrián; ” “Bandas de coplas” (J. J. Puntas), una recopilación de coplas en un mismo pasodoble; “Sevillanas populares 1 y 2” (J. José Puntas Fernández), entre estas sevillanas encontramos: (1) 1ª-“Bombita”, 2ª-Algabeño, 3ª-Mi novio me dio una rosa, 4ªLagartijillo, y (2) 1ª-Los siete niños, 2ª-Los de Tablada, 3ª-Pasa una reina, 4ª-El tío del tambor. 

        El pasodoble está muy relacionado con la fiesta popular de los toros, tanto que no se concebiría esta fiesta sin música, eso sí, los pasodobles tienen que ser toreros, de esta forma será más visible y comprensible este festejo. Lo que hace este tipo de música es dar énfasis a lo que hace el torero en la plaza, se toca cuando hace bien algún movimiento, y se toca lo que pide el torero, de esta manera se motiva y lo hace mejor. Algunos pasodobles toreros que encontramos son: “Finito, Califa” (José Ribera Tordera), “El capote” (Manuel Lillo), o “Dávila Miura” (Abel Moreno). 

        Según el músico y compositor “Lorenzo Gallego Costuera”, el pasodoble torero es el más difícil de componer, ya que debe reunir tres factores a la vez, estos factores son la popularidad del pasodoble, tener un aire flamenco y un poco de melancolía valiente, como él dice: “parar, templar y mandar”. Hay pasodobles toreros dedicados a matadores reconocidos, tales como “Gallito” (S. Lope). (Silva Berdús, J., 2008). Algunos pasodobles extraídos del archivo de obras de la Banda de Música Nuestra Señora del Carmen, Prado del Rey (Cádiz). 

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